Dorso-ventral radiography, by vet nurses R. Mcilwrath and C. Topolski |
Here is the case of a broken diaphragm in a 1 y.o. castrated cat. He was normally a fearless, active cat. At the time he arrived to the consult, he had not been himself for 2 days, and was not jumping from high places as he used to do. He was still eating, passing water and stools, but slowing down and very lethargic. Our main concern was his struggling to breath, despite a normal auscultation and no fever. He was active enough to need sedation to get radiographies.
Éste es el caso de una rotura diafragmática en un gato castrado de un año. Normalmente era un gato sin miedo y muy activo. En el momento de su llegada a la consulta, el gato no era el mismo desde hacía dos días, ni saltaba desde las alturas como le gustaba hacer. Seguía comiendo, orinando y defecando, aunque se iba apagando y estaba muy letárgico. Nuestra mayor preocupación era su dificultad para respirar, a pesar de que la auscultación era normal, y no tenía fiebre. Se mantenía lo bastante activo para necesitar sedarlo para radiografiarlo.
The radiographies showed that the diaphragm, the muscle that divides torax and peritoneum, was broken. Part of his intestines had moved to the torax, not leaving room for the lungs to expand and breath. Within 24h he was in theatre to have his hernia sutured and his intestines back to his peritoneum* The day after the surgery the cat was very active, but due to the pain he had no interest in food. It took him a couple of days to be himself again. Without bringing intestines back to abdomen and suturing diaphragm, he would have not survived for long.
Las radiografías mostraban que el diafragma, el músculo que separa el tórax y el peritoneo, estaba roto. Parte del intestino se habia desplazado al tórax, no dejando espacio para que los pulmones se expandieran y permitieran la respiración. En 24h estaba en quirófano para volver a poner sus intestinos en el abdomen y suturar el difragma* Al día siguiente de la operación, el paciente estaba muy activo pero, debido al dolor, no mostraba interés en la comida. Le llevó un par de días volver a ser el gato de siempre. Si no se hubiesen repuesto las asas intestinales al abdomen y cerrar el diafragma, este gato no hubiese sobrevivido por mucho tiempo.
* Surgery performed in Companion Care Warrington by our colleague Robert Jenkins, MRCVS
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